MES DE SERVICIO JUNTO A CONAGRA BRANDS 

MES DE SERVICIO JUNTO A CONAGRA BRANDS 

Durante el mes de abril, Conagra Brands celebró su mes de servicio, periodo en el que los colaboradores de la empresa participan en distintas acciones orientadas a impactar de manera positiva en sus comunidades. En esta ocasión, pudimos acompañar a los voluntarios de la Ciudad de México y de Irapuato en dos intervenciones de gran valor. A continuación te contamos un poco más. 

La primera cita fue en el Centro Comunitario San Juan Bautista, ubicado en Jardines de San Juan, al sur de la Ciudad de México. Si se visita por primera vez esta comunidad, podría pensarse que ya no forma parte de la capital, pues sus calles de terracería y los altos pastizales que bordean los caminos distan mucho del panorama gris y de asfalto al que estamos acostumbrados en la ciudad. El centro comunitario es operado por docentes—y mamás— de la propia zona y es un gran ejemplo de la manera en la que la participación comunitaria puede cambiar la vida de una región y sus habitantes. 

Los voluntarios Conagra llegaron puntuales a las insignes y coloridas puertas del centro para dar inicio a una jornada que estaría llena de actividades. Bajo la supervisión de GRUPEDSAC, construyeron deshidratadores solares. También hicieron una limpieza exhaustiva de la zona de almacenaje y preparación de alimentos para, posteriormente, realizar el acomodo de mobiliario y artículos de cocina donados por la empresa. De manera simultánea, otro grupo de voluntarios impartió una capacitación de higiene alimentaria y preparaon la comida que, horas más tarde, disfrutaron junto a la comunidad. Algo muy significativo de esta jornada es que contamos con la participación de los voluntarios Conagra, sus familiares y la propia comunidad, lo cual le dio un giro muy enriquecedor a la actividad y nos demostró, una vez más, que unidos logramos más.

La segunda intervención tuvo lugar en la escuela Jaime Torres Bodet, en Irapuato, Guanajuato. Ahí, los voluntarios Conagra se dieron cita para una jornada intensiva de rehabilitación de la infraestructura escolar. A lo largo de varias horas, los colaboradores limpiaron y pintaron varias áreas, contribuyendo a la generación de espacios escolares dignos, adecuados y seguros. Las paredes del plantel lucían descoloridas y descascaradas, mientras que el mobiliario exterior estaba cubierto de óxido y residuos extraños. Ahora, los espacios están limpios y llenos de color, listos para que ser fuentes de memoria y aprendizaje. 

En palabras de Mel, quien ha sido voluntario por más de diez años, «me he sentido muy orgulloso de poder dar algo de mí para la gente que más lo necesita y, sobre todo, es ver caras felices de los niños que te dicen ‘gracias'».

Ha sido un placer formar parte de su mes de servicio y presenciar, una vez más, su firme compromiso de solidaridad. ¡Muchas gracias!